Este tema crea un ambiente sonoro tranquilo desde el inicio,
con un piano que se fusiona con el sonido de una cascada o del agua fluyendo,
mientras escuchamos la risa de unos niños y un grupo de cuerdas se integra a
esta canción para crear una atmosfera melancólica y nostálgica. Esta canción
abre el álbum de Harry Nagle, y lo hace con un sonido delicado que te envuelve
en cada tono y te llena de melancolía y recuerdos que logran colarse en medio
de cada verso.
Y es que la canción se siente como un viaje al pasado, uno
en donde estamos recordando de donde veníamos, hasta el minuto 2:25, cuando el
sonido se siente más maduro, porque incluso la interpretación cambia de un tono
dulce al de un hombre más cansado, como reflejo del tiempo que ha pasado y como
esas risas de niños y el agua fluyendo solo forman parte de un momento, un
recuerdo que todavía aparece para recordarnos quién fuimos.
¡Esta canción es un golpe de nostalgia!