Me gusta que este tema tiene una vibra entre los 80 y 90 en
su musicalidad, pero en su interpretación se nota que hay un grupo joven que
está rescatando estas sonoridades. Y es que la voz tiene el toque juvenil, con
un tono grave que no intenta sonar afinado, que canta desde lo más profundo de
sus sentimientos y sensaciones, mientras la música nos envuelve con riffs
potentes, rasgueos que se combinan con el sonido de una batería vibrante que
pega con fuerza.
He de decir que la producción no es del todo pulida, por
ello es correcto pensar que también hay un toque de garage rock en este sonido,
que suena orgánico, honesto, sin muchos arreglos que puedan modificar la forma
tan sincera con la que fue concebida esta canción, así conserva su esencia cruda,
real y sin filtros. Sin duda, es un tema que se queda con nosotros y en
nuestras playlists de canciones favoritas.
¡Los instrumentos evocan un ayer vibrante, mientras la voz
lo trae de vuelta al hoy!