Me gusta el rock en el que se mueve este tema, porque se
siente fusionado con el alternativo y el emo que se escuchaba inicios de los 2000, tan solo la melodía
logra evocar a lo que hacía Panda,
manejando cierto nivel de complejidad en su composición sonora compuesta
por una guitarra melódica y una batería que va marcando el paso del resto de
los demás instrumentos, con una interpretación que no es perfecta, pero sí
viene del alma, de lo más profundo del corazón.
Al menos la letra sí nos sitúa en San Luis, en esta historia
que habla de una ruptura amorosa, de esas en donde todavía quieres a la
persona, pero duele admitir que te hace mal y lo mejor es cortar e alejarse
para no seguir dañándote. Así, la canción también se enfrenta entre el amor a
otra persona y el propio. Esta canción duele, pero solo lo necesario como para permitirte
pasar página.
¡Un punk rock que duele y se disfruta!