El beat del sintetizador y el de la batería crean una armonía perfecta desde el inicio hasta el segundo 35, cuando cada uno toma su camino. Ahora, la batería deja sentir su poder con los platillos, mientras el sintetizador se queda de fon do atrás, con un sonido que se siente profundo. En el minuto 1:32 de nuevo se siente más marcado el beat del sintetizador, y es que este juego entre lo electrónico y lo orgánico me gusta mucho cómo funciona en este tema, porque va creando un ambiente más oscuro.
La voz de su intérprete por momentos canta y por otros se
siente como si te estuviera contando una historia, cambia la tonalidad en cada
estrofa, por momentos incluso me recuerda a Matt Bellamy de Muse. El final de
la canción es lo que me gusta más de este tema, porque es cuando llega al clímax
de este tono sombrío que estuvo creando
durante el resto de la canción.
¡“In My Skin” crea un ambiente sombrío que te va a fascinar!