Una voz gutural y una más melódica forman parte de esta
canción, y lo único que puedo pensar es que seguro así suena mi cabeza cuando
hay un caos conviviendo dentro de mis pensamientos, en donde también hay una música
más adentrada a estos sonidos industriales y otros más tranquilos,
representados por un golpeteo constante, que no es interrumpido hasta que la
voz más grave se apodera del micrófono.
Y es que la canción parece justo ese diálogo en el que
convergen la calma y la explosividad, ambos representados por la música y la
voz. Cuando la música es más llevada hacia el lado del caos, en donde es difícil
identificar cuáles son los sonidos, se hace presente la voz grave. Y cuando la
música está más tranquila, es cuando llega esa voz más entonada; sin embargo, el
sonido industrial nunca se deja de escuchar, como si la maquinaria que hay en
nuestra cabeza nunca dejara de trabajar y siempre estuviera procesando nuevas
cosas.
¡“Monster Mind” parece un diálogo sacado de nuestra cabeza y
convertido en canción!