"Pepper Spray" hace honor a su nombre. Es una canción que se siente como una tormenta que mezcla shoegaze y grunge de forma visceral, creando un sonido que es tanto agresivo como catártico. Los primeros dos minutos engañan con un ritmo pausado donde las guitarras y la percusión contenida preparan el terreno, con un efecto que pareciera que el sonido proviene debajo de una superficie que trata de contenerlo. Pero después de la marca del 2:05 y casi sin previo aviso, la música estalla en una explosión de distorsión y furia, como si una puerta se abriera de golpe.
La voz, ahogada en efectos y mezclada en capas densas, se convierte en otro instrumento más, que grita desde lo más profundo de la mezcla, la batería golpea con fuerza y las guitarras se retuercen acompañando al bajo que suena como un latido acelerado. Es un tema que no deja espacio para la sutileza, para cuando termina, nos deja una sensación liberadora y un sentimiento purificador, como si el sonido hubiera arrastrado consigo todo lo que nos estaba oprimiendo.
Gamilla nos regala un tema combativo y potente ideal para sacar el estrés acumulado.
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