El inicio de esta canción es vibrante, pero también brilla
como un tema de inicios de los 2000, pues el tema tiene la capacidad de
situarnos en aquella época. Su sonido suena como algunos de los primeros
trabajos de Miles Kane, incluso la voz de su intérprete se acerca al del músico
inglés. El tono de su voz es amigable, cercano y con un dejo de melancolía que
logra mezclarse con la melodía que lo acompaña.
Y es que la canción tiene un riff de guitarra que parece hablarnos
al mismo tiempo que su intérprete, incluso logra hacerle los coros en cierta
parte de la canción. Cuando los instrumentos logran hablarnos de esta manera me
parece sublime. También tenemos una segunda voz, una femenina que se acopla a
la perfección con el tema, ambos nos cantan con pasión y entrega. Con esta
canción lo importante es dejarte llevar, seguir la letra y con el tiempo quizás
la puedas cantar, porque este tema está hecho para cantarse mientras lo
escuchas a todo volumen.