La guitarra en esta canción nos ofrece un sonido brillante,
mientras que la interpretación nos remite a bandas de britpop de los 90s, como The
Charlatans. La construcción de esta canción se convierte en envolvente y etérea
en su sonido cuando se integra la batería y el bajo. El primero marca un poco
ese ambiente profundo, pero también brilla y se destaca sobre la batería en
algunos momentos. Y la batería resulta un buen acompañante en los riffs oscuros
de la guitarra, pues los realza con su redoble.
La interpretación se queda en un tono medio y melódico, en
donde también se percibe un toque de desenfado al momento de cantar, pero
también hay un ligero tono rasposo que se va sintiendo cada vez más profundo conforme
avanza la canción. En conjunto, la canción logra atraparte por su densidad
sonora, una que te atrapa desde el primer segundo, y aunque el tema es actual,
también mezcla un poco de nostalgia por la música británica de los años 90s.
¡Una guitarra energética que brilla por sus contrastes!
