Yorke es capaz de crear atmósferas tranquilas, susurrantes y
con un toque melódico excepcional desde el primer segundo. Se apoya de sonidos
electrónicos que van creando estos ambientes de calma a través de suspiros que
se van diluyendo en medio de los beats marcados, o en este tipo de sonoridades que evocan el
aire que se hace presente en una tarde. No es difícil adentrarnos en su atmósfera,
pues logra crear estos ambientes en los que queremos estar un largo rato.
Y luego tenemos la interpretación, rapea casi en un susurro,
con una intensidad contenida que no necesita gritar para hacerse escuchar. Se
acopla perfectamente al ambiente íntimo que se ha ido creando con el paso del
tiempo. Cada palabra está perfectamente colocada en donde debe, con pausas y momentos
en donde la música se diluye para solo quedarnos con la parte vocal. Yorke cautiva
una vez más con “Vacío”.
¡Dejate envolver por la atmósfera de “vacío”!