El misterio y la sensación de peligro nos recibe en esta
canción que va creando un ambiente que se siente profundo antes de explotar en
una tonada más electrónica, digna de esas canciones que se pueden disfrutar en
una noche con luces neones iluminando un centro nocturno, en donde lo único que
importa es escapar de la monotonía, tener unos momentos de relajación o en esos
donde podemos desconectar nuestro cerebro para dejarnos llevar por el sonido
vibrante de los sintetizadores, que vienen de menos a más y que, eventualmente
terminamos acompañando con las palmas.
Lo que me gusta de esta canción es que también integra el
sonido del teclado de forma ágil para dar más luz al tema, no se queda con esa
tonada densa del inicio, porque lo importante es disfrutar de la noche con un
buen ritmo, de esos que no te puedes sacar de la cabeza, y en donde la voz,
aunque suene ligeramente aguda y procesada, se queda en tu mente como un sonido
que quieres volver a repetir.
¡Un tema para desconectar el cerebro!
