En Crackheads at My Door, Alex Johnston hace un vivido retrato que da miedo en una narrativa musical abierta. Tomando ideas de noches con gritos, peleas y venta de drogas en frente su casa, la canción es un retrato directo de la falta de ͏seguridad que hay en la ciudad, mezclado con un tipo de sonido de rock antiguo y aires de blues tradicional que se siente como arroyo caliente y fuerte.
Con riffs de guitarra similares a los de los años setenta,
y un ritmo lento pero fuerte, la música va como un tren que no para. ͏Johnston
canta con una voz clara y simple, contando͏ cosas que parecen parte de un
thriller en la calle: seres de noche, dealers en coches, marcas en la piel, heridas
y un miedo que siempre está ahí. No hay amor aquí solo lo frío de vida͏.
La producción tiene un estilo clásico, permitiendo
que la guitarra y la batería lleven el peso mientras la voz dibuja el panorama.


