Un poco de música ambiental para disfrutar tu día, bajar un
poco el volumen y el ritmo de la vida misma para sentarnos y escuchar un mismo
tono por poco más de tres minutos, cuando la canción nos permite cambiar la
entonación y ahora escuchamos tambores y campanas que se fusionan con la voz de
su intérprete, la cual tiene un eco que nos va guiando en esta canción que se
siente como una meditación o como un momento para estar a solas con nosotros
mismos.
Me gusta que tiene este toque de narración, como si quien
canta nos estuviera guiando a través de una misa, mientras de fondo tenemos
sonoridades que están ahí para relajarnos, darnos un poco de calma en medio de
un día complicado. Es el ambiente perfecto para cerrar los ojos y dejarse
llevar, que la música sacuda lo que traes cargando y solo se queden contigo
esos instantes sonoros.