De este tema me capturó su atmósfera envolvente, navega
entre la psicodelia y los sonidos orgánicos, es un viaje sonoro de introspección
en donde la música nos va llevan a través de diversos paisajes sonoros, en
donde la tranquilidad y la soledad se junta. Es hasta el minuto 2:10 cuando hay
una intervención vocal, no entra con fuerza, comienza cantando como un susurro,
un canto bajo que habla sobre esta resiliencia personal y la reinvención tras
las caídas.
La vibra de la canción nunca se pierde, siempre nos mantiene
en estas ondas sonoras en las cuales vamos navegando y que solo se ven
interrumpidas por la voz, o por sonidos electrónicos más fuertes. En el minuto
4:50 el tema se vuelve más rítmico, pero no perdemos esta calma que ya generó inclinándose
más a un tema rockero experimental. Este tipo de fusiones, al menos a quien
escribe este texto, me emocionan, porque se conjugan más de un género para
hacernos viajar y descubrir qué imágenes viven en nuestra cabeza.
¡Déjate seducir por “El Dragón"!