Me encantan este tipo de canciones con doble vista, por un lado, Norbert Nix nos presenta una musicalidad brillante, sumamente alegre y colorida, mientras que sus letras distan mucho de aquella alegría que nos habla en su acompañamiento musical. Puede apreciarse en cada momento este maravilloso contraste de una canción feliz con una letra triste.
Oh Mary es sumamente sensible, nos habla de ese momento de
debilidad que todos pasamos después de una ruptura, esa sensación de vacío y
melancolía donde vemos a la persona en todas partes y tenemos que hacernos a la
idea de tener que continuar con nuestra vida solos, volver a construirnos y
renacer cual ave fénix.
Norbert nos habla del duelo y lo hace con esta hermosa
canción que es imposible olvidar, es sumamente pegajosa y adorable, un abrazo
cálido para todos aquellos corazones heridos que se encuentran en medio del
proceso de sanación.
La instrumentación ayuda
bastante a contar esta emoción, nos rodean los acordes sobrios y lindos de una
guitarra acústica que en un instante es opacada por los arreglos brillantes de
guitarras eléctricas, ambos coexisten y funcionan perfecto. Se siente una
atmósfera de revitalización y de esperanza durante toda la canción.
