Este tema se mueve dentro del rock clásico, con una guitarra
melódica y una batería que va marcando el beat con cada golpe y redoble. Pero,
lo que más destaca de este tema es la voz de Tom Harrison, tiene este tono
rasposo propio de un intérprete que lleva tiempo dentro de la industria, y
aunque su voz tiene esta peculiaridad, no oculta su entusiasmo al cantar, pues
se escucha animado, incluso cuando sube la voz lo hace con cierta gracia.
En esta canción, nuestro intérprete pide un poco de paz,
intimidad y afecto, en lugar de reproches y peleas constantes, busca un momento
de calma y conexión, alejado de discusiones. Y eso es lo que también transmite
la melodía que conserva este ritmo constante, un momento de paz y tranquilidad,
uno de verdadera conexión, a través de un tema rock. Así, entre acordes y
redobles, el tema te envuelve en un ambiente de emociones controladas, pero que
invita a moverte.
¡Este tema suena a un rock clásico que conquista!