De inicio esta canción y su sonido tan enérgico y vibrante aportan una vibra pesada y muy rebelde que se intensifica conforme avanza, pero no mantiene un mismo estilo, más bien se vale de incorporar diferentes elementos que combinan la perfección, ya que la base de todo este sonido al final siguen siendo guitarras potentes, una batería rápida y una voz poderosa. Todo este dinamismo hace que esta composición se sienta única y muy viva que gocé totalmente de principio a fin, aunque si tuviera que elegir una parte favorita sería la segunda mitad de la canción, aproximadamente del minuto 1:24 en adelante, que es donde llega a su punto máximo de explosividad y locura.
La letra tal me pareció muy cool porque es una sátira reflexiva sobre la superficialidad o la cultura de lo superficial de nuestra sociedad actual. Me parece que no trata de hacer crítica ni darnos una lección de algo, no se pone en un terreno moral elevado ni nos dice que está bien o qué está mal, simplemente expresa el sentir de muchos de nosotros quienes ya estamos bastante cansados y hartos de tener que ajustarnos a ciertos estándares o expectativas para poder relacionarnos con los demás de una manera satisfactoria, porque a veces solamente es satisfactoria para los demás y parece que nosotros siempre tenemos que callar lo que opinamos.
Una pizca de lo más nuevo de Zach Tabori y su sonido rebelde y alocado.
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