Bellman nos trajo esta nueva joya que sin duda se convertirá en una de tus favoritas si te gustan los sonidos tranquilos y las letras significativas y poéticas. En cuanto a su sonido, podemos escuchar un estilo de indie pop una atmósfera etérea y de ensueño, que capta nuestra atención desde sus primeros compases. Es un sonido delicado que se expande y permite que tengamos espacio para respirar. El ritmo, aunque es muy calmado, posee una la cadencia constante que lo mantiene firme y parece que te mece suavemente.
La tonada principal es muy pegajosa aunque no de forma obvia, sino que se instala paulatinamente en el cerebro con una dulzura hipnótica, la línea de sintetizador es lo que hace que la melodía se eleve a otro nivel, acompañada de una batería suave y con ligeros golpecitos a los platillos, perfecta para no perturbar la paz general. Aunque todo esto suena excelente, sin duda mi parte favorita fue la lírica y su mensaje, que habla acerca de como a veces uno busca justificar sus comportamientos negativos, a grandes rasgos se siente como esa frase muy sonada al día de hoy que dice: "tengo miedo de ir a terapia y que me arreglen, porque voy a perder mi chispa", pero nuestra chispa en realidad es caos y toxicidad.
