Este tema empieza con un sonido indie rock nos envuelve al instante con su ritmo efusivo que evoca la vitalidad de estilos emo basados en pop punk, como una explosión calculada de energía melódica. Todos los instrumentos brillan por igual y trabajan en perfecta sintonía para construir este sonido incesante que nos contagia y nos impulsa a movernos, aunque sea por un instante.
Como recurso principal de cualquier canción de rock que se respete, encontramos las guitarras que varían con una destreza asombrosa entre un sonido relajado y armónico, con riffs que vienen un poco más cargados y pesados, con un nivel de distorsión mayor, pero con una precisión quirúrgica, porque solo llegan cuando es absolutamente necesario para añadir algo de intensidad pero sin opacar la claridad de la base. También tenemos que hablar de la voz y es que igualmente posee este equilibrio entre melodía y crudeza, no se guarda ningún sentimiento y eso hace que podamos sentir su vulnerabilidad auténtica y es lo que hace que conectemos con la canción.
