Este es uno de esos temas que capturan la esencia por completo de el emo, con un sonido post-hardcore que incorpora una vulnerabilidad y emociones crudas con arreglos dinámicos muy variados que van desde lo íntimo hasta lo explosivo. La canción abre con un ritmo tranquilo, como si tratara de contenerse, y guitarras que suenan bastante más limpias que el resto de la canción, lo que hace que se sienta una cercanía con el vocalista que pareciera prepararse para una emotiva confesión.
Después, pasa a un tono bastante más intenso, con un sonido similar al de bandas como Emarosa. La voz ahora se mantiene melodiosa, pero se le añade un tono rasgado muy apasionado que transmite esa tensión característica de este estilo que parece estar al borde del desorden emocional, la cual es perfecta para hablar acerca de la temática de la letra, que a grandes rasgos se trata de dilema entre vivir en el pasado, pensando en todas las cosas que se pudieron haber hecho y dicho de manera diferente, y avanzar hacia un futuro que probablemente siga doliendo.
El primer paso hacia una vida mejor es aceptar que hay cosas que no podremos cambiar nunca, pero avanzar con valentía.
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