Esta canción me encantó por completo, es como si hubiera sido pensada escrita y compuesta con la idea de que tanto la letra como la música vayan de la mano, no me refiero a una forma estándar y tradicional como la gran mayoría de las canciones; es un tanto complicado de explicar pero me refiero a que la música actúa como un perfecto ambientador para la lírica y viceversa. Es como decir que cada variación de ritmo y cada sonido entra en un momento preciso para enfatizar el sentimiento y la pasión con la que Jess Grant canta, que a pesar de no desgarrar su voz ni gritar de una manera intensa, en verdad podemos sentir sus emociones.
Como dije antes también la letra me pareció hermosa, porque es una dedicatoria de amor pero no cae en lo meloso ni en un exceso de cursilería para expresarse, habla de un cariño maduro, sincero y muy entregado que ha atravesado diferentes facetas, tanto en pareja cómo individuales para ambos, logrando así convertirse en el lazo inquebrantable que es hoy en día y que trasciende los límites del tiempo y espacio. Así si se antoja formar parte de algo y de todo corazón me da mucho gusto que exista aún esta clase de amor.
Otro éxito que forma parte del más reciente material discográfico de Jess Grant.
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