Desde Marsella llega una probada del más reciente álbum RedLight, que si bien es un material que salió hace ya unos meses es interesante asimilar como su sonido sigue pegando durísimo al día de hoy. Esto se debe a que esta banda tiene una amplia trayectoria en el medio y es un referente indiscutible en su escena local. Cuesta trabajo definir cuál es el instrumento que más resuena o que toma algún tipo de protagonismo, porque la producción se encargó de que todos los elementos juntos brillen por igual, también algo muy interesante es que la voz canta de manera muy sutil y sin ningún tipo de pretensión, lo cual permite que su acompañamiento pueda disfrutarse por igual.
En cuanto a su estilo, se mantiene sin duda la esencia de esta banda, que mezcla indie rock con sintetizadores y un poquito de un sonido post punk, lo que crea paisajes sonoros que son como estar en una carretera de noche con segmentos de luz y oscuridad que se equilibran de una manera perfecta, la sensación general que aporta este sonido es de energía y entusiasmo, pero de manera elegante, no explota en intensidad innecesaria.
